.png)
Capilla
Nuestra capilla, un Santuario. Una casa.
​
En cada rincón del sanatorio Mater Dei es posible encontrar una mirada, un abrazo, una Madre con su Niño. Ese retrato es precisamente el nombre de nuestra casa: Madre de Dios, y lo que lo transforma en un verdadero hogar, en casa.
​
María es madre. Es la madre que escucha los pedidos de sus hijos. Es la madre que está atenta a lo que cada uno vive. Es la madre que está detrás de los detalles, que acompaña en la alegría y que comparte hondamente el dolor. En torno a una madre siempre hay casa, se hace el hogar.
Y eso es lo que ocurre precisamente en cada Santuario de Schoenstatt, fuente de origen de este sanatorio. Si acá nos sentimos en casa, es porque en cada cuadro de María que contemplamos o saludamos con fe, recibimos las gracias del Santuario de Schoenstatt.
​
Creemos que especialmente en nuestra pequeña capilla, todos los que acuden también pueden experimentar las gracias del Santuario. Esto también se puede vivir en cada habitación del sanatorio y en cada puesto de trabajo. Y esta es la realidad más honda que nos hace sentir en casa.
