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Los Reyes Magos siguen a la estrella…

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Con hermoso placer iniciamos el recorrido donde éramos recibidos con villancicos, sonrisas de complicidad y de disfrute. Nadie quedó solo ese día del saludo. Todo se desarrollo de manera tan fluida con un montón de picarescas anécdotas de alegría que hasta las estrellas y los pacientes bailaban coreografías acompañadas del charango divertido de la Hna. Lucila. Ingresamos a una habitación donde estaba un hombre en etapa de fin de vida.  Me acerqué a su oído y allí mencioné su nombre de manera firme: “Arturo, llegaron los Reyes Magos, vinieron a saludarlo” en ese instante pude ver en él un cambio, como si una energía extra se expresara  y quisiera salir. No tuvo la capacidad de poder abrir los ojos, sin embargo parecía que los músculos de la boca que se utilizan para sonreír se esforzaban para alinearse en su propósito, y a su manera lo lograron. En ese estado Arturo se conectó con los reyes, se conectó con la dicha, se conectó con sus reyes de vida. Allí en esa habitación ese día estuvo un verdadero Rey, el Rey Arturo que terminó de regalarme una estrella que no dejaré de seguir, la estrella de la humanidad, la estrella de la dignidad.

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Leandro Vargas.

¿Cuál debe ser la ley de nuestra vida?

Todo por amor, mediante el amor

y para el amor"

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P. J. Kentenich

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