Domingo 2 de Julio: Mateo 10, 37-42
- Comunicaciones Pastoral
- 4 jul 2023
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El que quiera a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí. El que quiera a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. Y el que no esté dispuesto a tomar su cruz para seguirme, tampoco es digno de mí. El que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que, por causa de mí, la pierda, ese la salvará. El que los reciba a ustedes, es como si me recibiera a mí, y el que me reciba a mí, es como si recibiera al que me envió. El que reciba a un profeta por tratarse de un profeta, tendrá la recompensa que corresponde a un profeta, y el que reciba a un justo por tratarse de una persona justa, tendrá la recompensa que corresponde a una persona justa. Igualmente el que dé un vaso de agua fresca al más insignificante de mis discípulos precisamente por tratarse de un discípulo mío, les aseguro a ustedes que no quedará sin recompensa.
Palabra de Dios.
Con estas palabras, Jesús, no viene a quitarle valor a nuestros vínculos y nuestros sentimientos hacia las personas más importantes de nuestra vida, si no a mostrarnos que su Amor está por encima de todo y de todos, lo trasciende todo y le da sentido a todo. Esto nos permite tomar perspectiva de cada situación que atravesamos, y del sentido de la vida misma.

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