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16 DE NOVIEMBRE, NACE UN PROFETA



Este 16 de noviembre celebramos 138 años del nacimiento del Padre José Kentenich, Padre y Fundador de la Obra de Schoenstatt, Él nos inspira constantemente con su vida: la de un hombre marcado por un profundo amor a la Santísima Virgen, con un carisma renovador para la Iglesia y el mundo.

En su paso por Argentina, el P. Kentenich vislumbra con intuición profética, la importancia de la irradiación ética y religiosa de un Sanatorio en la Ciudad de Buenos Aires como centro para la formación y transformación de la sociedad; por este motivo, expresó a las Hermanas que sería bueno que contaran, además de un colegio y una universidad, con un sanatorio. Ese deseo se plasma en la vida y misión del Sanatorio Mater Dei.



¿Quién es el Padre Kentenich?


APÓSTOL DE MARÍA

De niño fue consagrado a la Santísima Virgen. Toda su vida se consideró a sí mismo como obra e instrumento en manos de María. Su corazón, su vida y su carisma tiene un único sello: la Alianza de Amor con María.


“¡Mi misión fue y es anunciar al mundo el misterio de María! Revelar a la Santísima

Virgen en su profunda unión con Cristo, y con la misión específica que Ella tiene

desde sus Santuarios de Schoenstatt para el tiempo actual”.



PADRE

Fue el “título” que recibió de aquellos que estuvieron a su lado, experimentando esa integración entre ternura y firmeza, de comprensión y de exigencia, de cercanía y distancia. Ser padre, como reflejo de la paternidad divina, es parte esencial de su carisma como camino para que muchos hombres superen la orfandad de nuestra época.


“Millones de hombres no tienen idea de los rasgos paternales de Dios, porque

nunca han percibido el reflejo de estos rasgos en su padre humano”. “Yo me pongo

enteramente a su disposición, con todo lo que soy y tengo, pero, sobre todo, les

pertenece mi corazón”.


EDUCADOR

En 1912 es nombrado director espiritual de jóvenes. Aquí se comienza a revelar con mayor fuerza su notable talento para captar y conducir la vida de aquellos que Dios le había confiado, siempre a imagen de María.


“Quien guía a otros debe regalar confianza y conducir hacia Dios, arriesgando la

vida por cada persona, postergándose a sí mismo en el servicio, y caminar por la

vida como el Buen Pastor”.




PROFETA

Hay personas que ven más allá, por eso, normalmente son incomprendidos en su época, pero marcan el rumbo porque ven la vida y la historia “con la mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios”.


“Quien tiene una misión ha de cumplirla, aunque nos conduzca al abismo más

oscuro y profundo, aunque exija dar un salto mortal tras otro. La misión de profeta

trae siempre consigo suerte de profeta”.

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