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OCTUBRE, UN MES DE LA MATER


MES DEL ROSARIO

La palabra “rosario” significa "corona de rosas". Cada vez que rezamos un Ave María le entregamos a María una rosa y, por cada rosario completo, le entregamos una corona de rosas.

Se cuenta que la misma Virgen María enseñó a Santo Domingo de Guzmán, el rezo del Rosario, en 1208. La Virgen se le apareció sosteniendo un rosario y le enseñó a recitarlo. Luego le pidió que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos se convertirían y obtendrían abundantes gracias.

El 7 de octubre de 1571 se llevó a cabo la batalla naval de Lepanto, en la que los cristianos vencieron a los turcos. El Papa San Pío V pidió a los cristianos rezar el rosario por la flota. Días más tarde, llegaron los mensajeros con la noticia oficial del triunfo cristiano.

Un año más tarde, el Papa Gregorio XIII instituyó la fiesta de Nuestra Señora del Rosario y determinó que se celebrase el 7 de Octubre.

Dios quiso que nos lleguen muchas gracias por medio de María, ya que fue por ella que nos llegó la salvación. Al rezar el rosario, recordamos con la mente y el corazón los misterios de la vida de Jesús y los misterios de la conducta admirable de María.


EL 15, DIA DE LA MADRE

Más allá de nuestras experiencias personales, las actitudes y gestos de una madre son fáciles de reconocer, por ejemplo: el cuidado, la ternura, la atención al detalle, el buen consejo y la compañía amorosa, entre otras. Estos mismos gestos son los que caracterizan el servicio y compromiso de nuestra casa.


Es María, la Mater Dei, la que nos inspira, como Madre de Dios y de todos los hombres. A ella también le damos gracias y le pedimos por todas las madres que trabajan y que pasan por el Sanatorio.


EL 18, DÍA DE LA ALIANZA

Se trata de un día de recuerdo y de renovación de la alianza de amor sellada el 18 de octubre de 1914 por el Padre Kentenich y un grupo de jóvenes con la Sma. Virgen María en “la antigua capillita de San Miguel” - hoy, el Santuario original-, en el valle de Schoenstatt.

Día de recuerdo, pero, también, un día de renovación. Todo aquello que no se renueva constantemente, con el tiempo tiende a decaer, bajo una ley de «gravedad espiritual».

Cada día 18 queremos renovar esta alianza de amor con María, le ofrecemos todo lo que pudimos hacer para su capital de gracias durante el mes transcurrido, y ponemos en sus manos y en su corazón el mes siguiente

Al hacerlo así, María renueva también la alianza que ha sellado con nosotros, ya que ésta tiene un carácter mutuo, recíproco: “nada sin ti, nada sin nosotros”. Esto nos hace experimentar un profundo cobijamiento en su corazón Inmaculado, en el corazón de Dios.


LA ALIANZA ENTRE MADRE E HIJO A TRAVÉS DEL ROSARIO

En el momento de gestación, a través del cordón umbilical, la madre transmite a su hijo no solo el alimento, sino también sus emociones y vivencias. Así ocurre también con el rezo del rosario: nuestra madre María -medianera de gracias- nos comunica y comparte su vida entera a través de la meditación de cada misterio, alimentándonos de la presencia de Jesús, fortaleciendo nuestra fe.





“Yo creo firmemente que nunca perece quien permanece fiel a su Alianza de Amor”. Padre José Kentenich


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¿Cuál debe ser la ley de nuestra vida?

Todo por amor, mediante el amor

y para el amor"

Padre J. Kentenich

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